domingo, 28 de febrero de 2010
HEAPHY TRACK ( 25 al 28 de febrero de 2010) 2ª Parte
HEAPHY TRACK ( 25 al 28 de febrero de 2010) 1ª Parte
miércoles, 24 de febrero de 2010
ÚLTIMA SEMANA DE WWOOF EN CRAGLEE ( 4 al 24 de febrero 2010)
El tiempo pasaba sin prisa en el Craglee Lodge, aprovechando nuestros momentos libres para subir al Queen Charlotte Track y caminar un poco, donde por ejemplo, fuimos al lookout de “Eatwell” donde pudimos tener acceso a unas increibles vistas de todos los fiordos, a una bahía vecina al Lodge, donde los liwis suelen ir de veraneo en busca de sus tranquilas aguas, o simplemente caminando por la ruta del track. La hora y pico de subida merecía la pena gracias a las espectaculares vistas. Normalmente, George, el perro del Lodge, nos acompañaba en todos nuestros paseos, ya fuera al track o simplemente a las playas vecinas. Nos encariñamos mucho de él, de hecho, no nos importaría nada llevárnolo con nosotros a España...
Pero sin duda, el mejor momento de la semana (y si nos ponemos a pensar, también de toda nuestra estancia) fue 18 de Febrero, cuando mientras recogíamos el desayuno de los clientes, divisamos cerca de la orilla una manada de delfines, sin pensárnoslo, corrimos a la orilla para poder verlos. Tras un par de súplicas, ya habíamos convencido a Steve para que nos llevara en su barquito a verlos más de cerca. Por si las moscas, íbamos equipados con bañadores y snorquel, porque si se nos presentaba la oportunidad, no íbamos a dejar de saltar al agua a bañarnos con ellos!!
Eran delfines distintos a los que vimos en Kaikura cuando nadamos con ellos en Noviembre. Éstos eran mucho más grandes y más parecidos a los que vemos habitualmente en los zoológicos. Esta vez eran delfines “Common dolphins” llamados así por ser los más comunes en etodo el mundo. Era una manada de unos 60 delfines que estaban pescando alrededor de nuestra bahía. Incluso había delfines bebé, fue un momento increíble!!.
Una vez que estuvimos lo suficientemente cerca, y nos aseguramos que no hubiera más barcos cercanos a nosotros, ya que sino puede ser peligroso, Julieta se lanzó al agua a nadar con ellos. Ahí estaba otra vez, rodeada de delfines, haciendo piruetas y cantando bajo el agua para llamar su atención. La diferencia de esta segunda vez la marcó el agua, era un agua oscura que no te permitía ver más allá de tus brazos, así que sólo podía ver a los que estaban más cerca. Sin embargo, volvió a ser una experiencia extraordinaria, lo listos y curiosos que son y como nadan a tu alrededor cuando llamas su atención. Otra vez en el barco, estuvimos más de 2 horas navegando a su lado. Viendo como pescaban, nadaban, saltaban o simplemente jugaban con la estela del barco.
Pero el tiempo pasaba, y habíamos dejado desatendidas nuestras labores en el Logde, así que ya a media mañana, tuvimos que regresar a la faena. Eso sí, no pudimos quitarnos en todo el día una enorme sonrisa de la cara.
miércoles, 17 de febrero de 2010
SEGUNDA SEMANA DE WWOOF EN EL CRAGLEE LODGE ( 4 al 24 febrero de 2010)
El evento de la semana era sin duda, el Festival de Vino de Malborough, que este año se celebraba en Bleheim el sábado 13 de febrero y nuestros hosts nos habían comprado entradas para acompañarles. No sólo nos compraron las entradas, sino que nos pagaron el transporte (nadie iba a conducir ese día) y nos dieron dinero para gastar en el festival. Una pasada!!
Tras coger el water taxi hasta Picton, nos encontramos con unos amigos suyos con los que iríamos, más los clientes que ese día tenía en Lodge, en autobús, al festival. Nada más llegar nos encontramos con una multitud en una explanada enorme, junto a unos famosos viñedos. Había gente de todo tipo, desde borrachos perdidos, hasta chicas elegantísimas con sombreros y pamelas de todo tipo, pero sobretodo lo que había era vino. Cada viñedo de Nueva Zelanda tenía un stand ahí, donde te ofrecian degustaciones a un precio simbólico. Fuimos probando hasta dar con nuestro favorito, un vino blanco “Riesling” de un viñedo de la zona. También había muchisimos stands con comida, nos encontramos con uno español que preparaban paella (malísima) y con unos churreros franceses que no tenían desperdicio.
Hacía un sol de justicia,y al poco de llegar los conciertos empezaron. Nos encontramos con algunos grupos buenos, y otros no tanto, pero sobretodo, lo pasamos bien. Disfrutábamos de buena compañía.
Tras terminar el festival, deshicimos el camino por los fiordos viendo en atardecer entre las montañas. Fue un buen día.
Tras un par de semanas en el Lodge, teníamos nuestros primeros días libres tras empezar a Wwoofear con ellos.No había clientes y se iban todos menos Steve a pasarlos en Christchuch, así que nosotros, nos fuimos a Picton a pasar, por fin, dos días conectados con el mundo exterior. Esta vez nos perdimos el puding de chocolate del Sequoia, ya que no quedaban habitaciones libres, así que fuimos a otro backpacker llamado Trombstone y que merece la pena detenerse el él si duermes en Picton. Las habitaciones están muy bien y está muy equipado, pero creo que su singularidad viene de dónde está situado, se encuentra justo frente al cementerio de Picton y por lo tanto han decidido decorarlo acorde con su entorno. La puerta principal tiene forma de sarcófago y todas las llaves de las habitaciones tienen una calabera. A pesar de eso,es un buen backpacker. En esos días, además de nuestra deseada conexión con el mundo exterior, y ponernos al corriente de todo lo acontecido, pusimos nuestro coche a punto, que necesitó un cambio de las 4 ruedas al intentar pasar el WOF (una especie de ITV que tienen que pasar los coches cada poco tiempo, ya que aquí suelen ser muy antigüos), y visitamos Waikawa, un pueblo costero muy cercano a Picton con buenas vistas de los fiordos.
Cuando se acercaba el momento de regresar en barco al Lodge, Manuel empezó a sentir un fuerte dolor en el estómago, que a medida que pasaba el tiempo se agudizaba más y más. Llegó un momento en que no se tenía en pié y se retorcía de dolor. Nos asustamos, y tras consultar con unas farmaceútica, que sólo nos dió un calmante, decidimos ir al médico. Al llegar al centro médico de Picton nos dicen que el médico no está en la ciudad y que si queremos o nos tenemos que ir a Bleheim ( a unos 30 Km) o ir al hospital. Al final, el remedio no estaba ni en una ciudad ni en la otra. Estaba en el cuarto de baño, ya que finalmente, sólo resultaron gases. Nos estuvimos riendo mucho, cada vez que recordábamos la que líamos por unos simples gases. Por suerte, sólo era eso...