Siguiendo, otra vez, el consejo de los primos de Manuel, seguimos el camino que rodeaba la costa hasta llegar a Akaroa. Era un camino muucho más largo y complicado (en ocasiones la carretera era de grava) pero mucho más bonito, con unas vistas impresionantes de la Bahía.
Nos lo tomamos con calma, y al llegar a Akaroa, comprobamos que se nos había echo tarde para poder ir en alguna excursión para ver los pingüinos, que era lo que buscábamos, Así que decidimos caminar por los alrededores de Akaroa, lo que se conoce como Banks Peninsula. No sabíamos muy bien ni donde queríamos ir ni cómo llegar, así que hicimos el camino un poco más complicado, saltando vallas para el ganado y colándonos en fincas, pero la verdad es que nos hizo un día precioso y las vistas son realmente increibles. No vimos pingüinos, pero sí focas, ovejas, ocas... y un paisaje precioso.
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