viernes, 30 de julio de 2010

MAGNETIC ISLAND (30 de julio 2010 )

Tal y como teníamos planeado, nos fuimos a pasar el día a Magnetic Island. Maggie, como la llaman los australianos, es una pequeña isla al este de Townsville, donde se encuentra el mayor santuario de koalas en libertad de Australia. Es difícil encontrarse con alguno, ya que son nocturnos y duermen unas 20 horas diarias, pero teníamos la esperanza de encontrarnos con alguno.

El ferry a la isla tarda aproximadamente media hora y a la llegada cogimos un autobús que nos dejó en la puerta de la reserva natural. A pesar que estaba medio nublado cuando llegamos, el día poco a poco fue mejorando. El ferry iba lleno de turistas que, como nosotros, íbamos a pasar el día (o más de uno) a la isla. Al comenzar a caminar por el parque natural, pensamos que no tendríamos suerte de ver koalas, ya que había mucha gente, sobretodo un grupo de franceses gritones que estaban todo el rato a nuestro alrededor y nos sacararon de los nervios. Es un bosque de altos eucaliptos, en donde puedes adentrarte y hacer un track circular de unas dos horas. A la mitad del trayecto, nos encontramos con dos koalas en un eucalipto muy cercano al camino!! Eran una madre y una críaque dormían plácidamente en la rama del árbol. La verdad es que era una escena muy tierna, y sólo se movían muy lentamente,para cambiar de postura o rascarse, parecían osos de peluche. Proseguimos el camino, intentanto evitar al grupo de franceses y llegamos a la cima del monte donde las vistas eran preciosas. la isla es una mezcla de eucalipto y rocas graníticas que se encontraban con el mar formando preciosas calas. Así que decidimos ir a una de esas calas para aliviar un poco el calor de la caminata.

En la guía que tenemos, dice que en esas calas puedes encontrar también coral y que en Florence Bay hay un lugar perfecto para hacer snorkel, así que tras nuestra experiencia de Port Douglas, no quisimos desaprovechar la ocasión de nadar de nuevo con tantos peces de colores. Pero esta vez no tuvimos tanta suerte, el agua estaba turbia y la visibilidad era prácticamente nula, por lo que tras un par de intentonas sin éxito, nos volvimos a la cálida arena donde descansar. Ahí nos encontramos un wallabie que vino a visitarnos en busca de algo de comida, pero no tuvo suerte, ya que te aconsejan que no les alimentes para que no se vuelvan agresivos o dependientes.

Regresamos a Townsville en el ferry de las 5, tras un día muy bonito, en una isla con mucho encanto.

Proseguimos nuestro camino hacia el sur, y condujimos unos 200 Km, ya de noche, por lo que con miedo de atropellar algún canguro, ya que te encuentras muchos en las cunetas, y es fácil atropellarles, porque aparecen deun brinco en medio del asfalto. Dormimos en un áera de descanso, llena de furgoneteros y caravanas.

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