domingo, 20 de junio de 2010

Omarú, pinguinos y Moeraki bouilders (18 al 20 junio 2010)

Aprovechando uno de nuestros últimos findes en Chch, decidimos hacer una escapada de fin de semana al sur para ver a los pinguinos. Salimos un poco tarde, así que como ya anochece mucho más temprano, sólo nos dio tiempo a ver los pequeñajos azules de Omarú, los de ojo amarillo, los dejaremos para otra ocasión. Tras nuestra experiencia anterior, sabíamos de primera mano que no era necesario pagar para entrar al recinto para poder verlos. Así que esperamos un buen rato medio escondidos para verlos. De pronto, el primero hizo tímidamente su aparición, seguido por un par de ellos. Pero la verdad, es que comparado con los que vimos en verano, ahora vimos muy poquitos. Casi que los podiamos contar con los dedos de una mano. Resignados, volvimos al backpacker del centro de la ciudad, ya que el que conocemos que nos encanta cierra en los meses de invierno.

A la mañana siguiente, seguimos nuestro camino hacia el sur hasta llegar a Moeraki, sabemos que en el faro hay una gran colonia de pinguinos de ojos amarillos, aunque sabíamos que era difícil encontrarnos alguno a esas horas (sólo los encuentras o en el amanecer o en el atardecer) no quisimos irnos sin intentarlo. No hubo suerte. Así que hicimos laparada de rigor en Moeraki Bouilders, que nunca decepciona, y vuelta a casa. Volvemos a Chch

jueves, 3 de junio de 2010

DE VUELTA EN NZ 02 y 03 junio 2010

Llegamos sin incidentes a Auckland tras dormir muy poco y un día muy largo. Salimos de Rarotonga de madrugada y llegamos a NZ al salir el sol. Tras un contundente desayuno, pusimos rumbo hacia el sur camino a Wellington. Queremos bajar del tirón y así estar lo antes posible, ya que hemos comprado el ferry para esa misma noche.

Tras pasar por Rotorua, descubrimos que el frío ha hecho su aparición y nos cruzamos con el Tongariro totalmente nevado.

Tras varias paradas para tomar café y poder mantenernos despiertos, llegamos a la capital, donde llegamos con tiempo para dar una vuelta por el centro, tomarnos un kebab de cena y embarcar en el ferry. Dormimos practicamente todo el camino.

Aunque inicialmente la idea era bajar de nuevo del tirón a Christchurch, finalmente nos dimos cuenta que conducir 1000Km del tiron era demasiado para llevar una noche sin dormir. Así que hicimos noche en Picton. A la mañana siguiente, se nos ocurrió comentarles a nuestros antiguos Hosts que estabámos por la zona, y que nos gustaría verles en Christchurch, a lo que nos respondieron que, les gustaría invitarnos a pasar la noche con ellos, que por favor, ni se nos ocurriera irnos sin verles. Así que hicimos un alto en el camino y pasamos la noche de nuevo en el Craglee Lodge. Realmente son como una familia para nosotros, y pasamos la noche comentando nuestras aventuras por la isla norte y comentando lo fabuloso que es el viaje las Islas Cook, destino del que, casualmente, ellos acaban de llegar. Están pensando cambiar destino a Aitutaki, isla que literalmente les ha enamorado. Les deseamos las mejores de las suertes!!!

Tras una reaparadora noche en la que, como de costumbre, nos trataron como reyes, pusimos de nuevo rumbo, esta vez sí, a Christchurch. Allá vamos!!

miércoles, 2 de junio de 2010

Cook Islands 1: Rarotonga ( 25 de mayo al 2 Junio 2010)

Antes de bajar a el frío invernal de Christchurch hicimos una escapada a las Cook Islands, que es un archipielago que consta de 15 islas esparcidas en mitad del pacifico., entre Fiji y la polinesia francesa. Las Islas Cook son un estado como tal, pero están asociados con NZ, usando como moneda el mismo dólar kiwi.

Las islas tienen un clima tropical, en el que puedes diferenciar dos estaciones distintas, la temporada de lluvias, entre noviembre y mayo, que tiene un rango de temperaturas ligeramente más calido que la temporada seca. Nosotros hemos estado justo en la época de cambio de estaciones, pero hemos tenido muy buena suerte, ya que solo nos ha llovido un día de los siete que hemos estado.

El billete de avión desde Auckland nos salió muy económico, y el vuelo son unas tres horas y media. Chiqui nos aconsejó que compráramos comida en NZ, ya que en las islas es carísima, así que nuestro equipaje era un par de bañadores y camisetas, y dos macutos llenos de comida para toda la semana. En el avión nos pasaron un folleto para rellenar y entregar en inmigración en el que nos indicaban que no podíamos traer comida fresca de ningún tipo, QUISIMOS MATAR A CHIQUI!. Así que decidimos hacernos los españoles, esperar a rellenar los impresos en el aeropuerto, y al observar que el chequeo a los inmigrantes no era muy serio, declarar que no llevábamos comida. Pasamos incluso un perro rastreador que no nos delató. El mal trago mereció la pena, yo creo que fuimos los mochileros que  mejor comimos de toda la isla en esa semana.

Rarotonga es una isla alucinante, es una isla de forma ovalada, con un tamaño aproximado al de Formentera. Su población vive alrededor de toda la costa, en la que discurre la única carretera de la isla. La mayoría de la gente se mueve en bici o en scooter, como era nuestro caso, que alquilamos una por unos 50€ los siete días. Con la motillo te das la vuelta a Rarotonga en una hora aproximadamente sin pasar de 50 km/h (velocidad máxima permitida en todo el territorio). El centro de la isla es montañoso y no vive nadie, ocupando toda la superficie un bosque tropical denso y húmedo.

Toda la costa es una pasada. Existe una barrera de arrecife en todo el perímetro de la isla que está situada a unos 200 metros de las playas como media. Esta barrera hace de contención de las aguas oceánicas con sus mareas y corrientes. Entre la barrera y las playas se forma una zona de aguas calidas, calmadas, y poco profundas llenas de arrecifes y su ecosistema (peces, pulpos, ostras…).
Nuestra vida en la isla transcurrió entre paseos en moto, paradas en cada sitio que nos apeteciese para descansar en las playas de arenas finas, baños de horas entre peces de colores, y largas caminatas a lo largo de la costa disfrutando de las vistas. Nosotros no lo hemos visto, pero dicen que en época de ballenas, las puedes ver perfectamente fuera de la barrera de coral mientras tu estás sentado tranquilamente bajo una palmera.
La mayoría de la gente que viene aquí hace el curso para el título de buceo o se van a bucear a las profundidades, en las que ves bichos más grandes, tipo tiburón, grandes calamares y esas cosas. Nosotros decidimos no hacer el curso, preferimos ahorrarnos ese dinero para poder estirar al máximo nuestro largo viaje. 
Lo que si hicimos fue snorkel, pasamos horas nadando entre los peces, tanto que saliamos arrugados de tanta agua.. Había peces de todos los colores y todas las tallas. Desde amarillos y azules hasta unos  enormes de entre 8 y 10 Kg. Algunos eran muy raros y otros preciosos. Incluso uno, confundió a Julieta con comida y le dio un buen mordisco. Había estrellas de mar azules y un pez alargado como si un palo se tratara y con una trompa extraña. Es tan bonito que aunque estés ya con los labios morados de frío, no quieres salir del agua.
Nuestro último día, mientras nadábamos entre peces de todos los colores, aprovechando nuestras últimas horas en esta paradisíaca isla,  nos topamos con un pulpo enorme. Menudo susto!!

Nuestro backpacker estaba situado en el oeste de la isla al pie de la playa, así que por las tardes siempre nos íbamos a ver los preciosos atardeceres que nos brindaba el pacifico. El hostal en cuestión no estaba muy allá, entre otras cosas porque estaba lleno de gente que no quería nada más que fiesta, así que nos pasamos la vida molestándonos unos a otros, unos por las noches y otros por las mañanas. Aunque al final hicimos buenos amigos de todas partes del mundo y compartimos buenas noches hablando en ese entorno paradisiaco. 

Uno de los amigos que nos hicimos, un Israelí que viajaba solo nos regaló una bici de carretera con muy buena pinta, ya que el iba a abandonarla ahí porque no le dejaban cargarla a Australia. Así que sin vergüenza ninguna nos la trajimos de vuelta a NZ, seguro que ahora en Christchurch hacemos un buen uso de ella. En ultima instancia podemos venderla aquí y sacarnos unas perrillas.

Los habitantes de las Cook Islands son gente muy peculiar. Son Maories como los de NZ, pero mucho más puros, ya que en estas islas aún mas remotas no se han mezclado con otra gente a lo largo de su historia. Al estar tan aislados son un poco ariscos, pero en cuanto te ganas su confianza se muestran simpáticos y generosos.

Una tarde quisimos hacer un plan diferente al de la playa y nos dispusimos a hacer un track que cruzaba la isla atravesando las montañas. Abandonamos la costa y subimos un camino pasando por  pequeños huertos en las laderas de los montes y llegamos al final, donde no podíamos continuar con la moto y teníamos que hacerlo a pie. El camino era muy estrecho, rodeado de densa vegetación y difíciles obstáculos, muchos árboles atravesados, Rocas y pendientes muy pronunciadas, suelos llenos de barro y raíces resbaladizas, riachuelos muy caudalosos. Intentamos llegar a un mirador en el que podríamos tener una perspectiva de toda la isla, pero nos fue imposible. Al cabo de dos horas de andar, no habíamos conseguido llegar al mirador, estábamos totalmente empapados y la noche se nos echaba encima, así que no pudimos completar nuestra misión y nos dimos media vuelta.

Hemos estado toda la semana también manteniendo un contacto continuo con Argentina, ya que el día antes de venir, Jeanne se puso muy malita y estamos muy pendientes de su estado. Solo esperamos que se mejore lo antes posible y estamos también mirando la posibilidad de que Julieta se pase a visitarla una vez que estemos de vuelta por Nueva Zelanda.