miércoles, 21 de abril de 2010

Wwoof en Albany, Auckland (14 al 21 de abril)

Tras nuestra mala experiencia en Northland, ya estamos un poco cansados de Wwoofear, ese sentimiento de cómo serán, el siempre hablar de lo mismo tópicos. Estábamos un poco escépticos ante los nuevos host, los habíamos conocido en el Heaphy Track, pero no los encontrabamos en la página web y por teléfono y los correos parecían un poco secos.
Cuando llegamos nos encontramos un panorama muy distinto al imaginado. La casa estaba muy bien, y ellos eran una pareja muy tranquila y agradable. Era una pareja en sus cuarenta y sin hijos. Él era policía y trabajaba identificando cadáveres en crímenes y desapariciones. Quien además de haber recorrido todo el mundo viajando durante más de cuatro años, y dedicándose a las cosas mas variopintas (y macabras), tenía unos hobbies muy chulos. Estaba tuneando una moto de agua para batir el record del mundo recorriendo desde Londres hasta Auckland con cuatro amigos más. Además tenía un Ford A, sí A, el primer modelo de la casa de coches. Lo tenía en perfecto estado, y el domingo nos fuimos a tomar café al pueblo todos montados en el.
El trabajo era duro, he de decir que el más duro de los wwoof en los que hemos estado, pero hemos llegado a la conclusión de que eso no nos molesta si luego estamos en un buen ambiente. Básicamente lo que hicimos fue podar uno arbustos llamados Gorse, que lo trajeron de Escocia en los Early Days y querían utilizarlos, al igual que en su lugar de procedencia, para separar las parcelas. Lo que pasa es que aquí crece en todas partes y se come el bosque nativo, y en nuestro caso queríamos que sucediese lo contrario. La planta en sí era letal, llena de pinchos por todas partes, y además se mezcla con zarzas y hace la labor de su poda una tortura. Aunque llevábamos monos acabamos magullados y con heridas por todas partes. Otro de los trabajos fue limpiar la ladera de un río de escombros y preparar una base de tierra y piedras para un futuro camino. Al final del día acabábamos molidos, además de con agujetas y heridas.
La pareja de host vivía compartiendo la casa con una señora soltera que dormía en la habitación de al lado nuestro. Era una inglesa de lo más rara, pero resultó muy simpática también. La granja en cuestión era de 50 acres y tenía a parte de la casa, un buen huerto, el bosque nativo, una bosque de pinos (del que cortamos y almacenamos leña para el invierno), un estanque, un rodeo, un campo de entrenamiento y mucho espacio para los caballos, ya que era el hobbie de ella. En resumen, que la pareja no vivía naaaada mal.
Las tardes las dedicamos a ir al cine, a la biblio, y esas cosas que podemos hacer estando cerca a la ciudad de Auckland. Seguimos dándole vueltas a nuestro futuro, aún no tenemos contestación del visado de Canadá y se ha abierto el plazo para solicitar el Working Holiday visa aquí, así que nosotros por sí acaso lo hemos solicitado.

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