jueves, 4 de febrero de 2010

LLEGÓ LA HORA DE TRABAJAR – NELSON (18 de Enero al 4 de Febrero 2010)

Salimos de Christchurch con muchos nervios y ganas de llagar a Nelson, es una ciudad que ya conocemos y que nos encanta. De camino no podemos evitar parar en Kaikoura a comer tarta de zanahoria. Esto empieza a ser una tradición peligrosa!!

Pasamos los dos primeros días en el backpacker de la vez anterior, ya que es uno de los mejores, y luego nos mudamos a la casa de una hippie de 25 años que vivía con su hijo de pocos meses. Se acababa de separar de su pareja y necesitaba el dinero, así que no le importaba que estuviésemos unas semanas o pocos meses, lo cual está genial, porque mayoritariamente la gente te pide largas temporadas para alquilarte la habitación.. El bebé, Ezequiel o Ezi para los amigos, era buenísimo, pero el pobre necesitaba que lo estimularan, y la madre estaba más preocupada en salir de marcha y emborracharse que de su hijo. Así que, casi por instinto, nos pusimos a cuidarlo. Jugábamos con él e intentabamos estimularle. Además, las noches que la madre salía de marcha y nos quedábamos con el niño, nos descontaba 10$ del alquiler, no es mucho, pero si vas sumando noche tras noche no está mal... Igualmente nos íbamos a quedar con él, porque nos daba pena... Casi lo peor es que era un poco vagueta y lo de limpiar no le iba mucho, así que acabábamos limpiando lo suyo y lo nuestro con tal de estar cómodos en la casa. La casa estaba bien y era muy céntrica, pero tenía ese pero, que ella no era muy limpia y que teníamos como vecinos a unos maoríes que vivían como 20 ó 30 personas en la misma casa, con los niños en pañales llorando por los suelos y se dedicaban a usar como basura la calle, eran como los gitanos neocelandeses, no todos son así, pero justo estos se parecían mucho. Todas las mañanas nos encontrabamos de todo tirado por la calle. Pero no tuvimos ningún problema con ellos, al contrario, los niños eran muy majos.

Nos apuntamos a todas las agencias de trabajo que nos encontramos, mirando los anuncios en los períodicos, internet, y pateándonos las calles de la ciudad en busca de trabajo. Nelson es una ciudad cálida, pero coincidió que toda la primera semana estuvo lloviendo a rabiar, de repente se abría en cielo y nos encontrábamos en medio de una tormenta de verano. Fue una semana un poco frustante, ya que todo el mundo nos rechazaba y ya empezábamos a tirar la toalla. Nos dimos cuenta de una cosa importante, los kiwis buscan los mismos trabajos que los inmigrantes, ya que la mayoría no tiene estudios universitarios, y los que los tienen, se van a Australia que están mejor pagados. Por ello, a diario nos encontrábamos con ofertas en los periodicos demandando trabajadores sociales y arquitectos técnicos... Ello nos frustaba aún más, si cabe... Pasamos unos días difíciles, con la presión de que se nos acababa el dinero y no encontrábamos nada. Con los nervios, a Julieta, esa semana le dió una contractura en el cuello que nos obligó a ir al hospital, y poner a prueba nuestro seguro médico. Tras unos días duros, la gente empezó a responder, poco a poco salían entrevistas y aprendimos una gran lección que nos enseñó el brasileño ex-pareja de nuestra compañera hippie de piso: “Take it easy, you are in New Zealand” y es cierto, aquí las cosas llevan un ritmo distinto. Se lo toman todo con más calma.

Un poco más tranquilos, empezamos a disfrutar de la ciudad, tras nuestra búsqueda de empleo pateándonos la ciudad, íbamos a la biblioteca, que es chulisima, y de ahí a Tahunanui beach, donde todos los días nos íbamos a dar un paseo por sus blancas playas. Por fin, tras varias entrevistas, Julieta consiguió un trabajo. No era gran cosa, pero la cosa empezaba a marchar. Trabajaba en el Hotel Palazzo como servicio de habitaciones por las mañanas. Lo bueno es que no salía de trabajar más tarde de las 2, lo que nos dejába toda la tarde para nosotros. Seguíamos con la rutina, a la biblioteca a estudiar un poco, y al cerrar ésta a la playa a dar un paseo.

Aunque ya estábamos más tranquilos nos pasamos nuestras semanas en Nelson dándole vueltas a nustro futuro, ya que no sabemos qué rumbo queremos que tome. Y es una decisión complicada, sobre todo cuando todas las opciones son buenas!!

En nuestros ratos libres nos dedicamos a conocer los alrededores de Nelson. El 24 de Enero fuimos a pasar el día a los Nelson Lakes, dos lagos glaciares a 120 km al sur de Nelson, Rotoiti y Rotoroa. Los lagos tienen varias rutas cortas que fue lo que hicimos, aunque también pudes hacer tracks por las montañas alpinas que los rodean. Es un buen lugar para ver pájaros ya que les encanta alimentarse de los frutos y savia de los árboles de la zona. Tuvimos en privilegio de ver un Búho Blanco, magestuoso, volando sobre nuestras cabezas. Al finalizar el día, nos encontramos en el Lago Rotoroa un banco de angilas gigantes al lado del pantalán. Un par de alemanas valientes se bañaron con ellas, a riesgo de llevarse un buen mordisco.

Otro día en el que Julieta salió pronto de trabajar, nos fuimos a Rabit island, una playa enorme de aguas cristalinas y arenas blancas. Pasamos la tarde leyendo y estudiando tranquilamente a la sombra de unos pinos.

Y en el fin de semana nos fuimos a repetir una parte del Abel Tasman Track, ya que es la que más nos gustó, la zona de Totaranui, es realmente preciosa. Nada más empezar a caminar nos dimos cuenta de la suerte que tuvimos cuando lo hicimos la vez anterior. Esta vez etaba plagado de chicharras que hacían un ruido ensordecedor que no te dejaba disfrutar del paisaje. Menos mal que en las playas no había. Pasamos el día bañandonos en sus playas y disfrutando del día increible que tuvimos. Esto sí que es verano!!

Finalmente, tras muchas, muchas vueltas y quebraderos de cabeza, decidimos que trabajar sólo uno de nosotros no nos compensaba econónmicamente. Creemos que es mejor Wwoofear, ya que no sólo trabajamos los dos y no gastamos dinero, sino que practicamos mucho más inglés, y para eso hemos venido. Así que nos pusimos manos a la obra y dejamos con mucha pena Nelson. Realmente es una ciudad preciosa!!

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