domingo, 28 de febrero de 2010

HEAPHY TRACK ( 25 al 28 de febrero de 2010) 1ª Parte

Cuando parecía que no podíamos estar más lejos, nos fuimos a hacer el Heaphy. Dejamos con mucha pena el Wwoof de Craglee Lodge en Malborough Sounds, realmente dejamos muy buenos amigos atrás. Pusimos rumbo a Karamea. Una vez pasado Bleheim, sólo veíamos pequeñas aldeas, después de los Nelson Lakes, la carretera se vuelve muy sinuosa y sin población alguna. Pero la repanocha es después de Westport, cuando hay tramos de la carretera que se hacen camino. Son unos 100 km de absolutamente nada.
Llegamos ya cerrada la noche al backpacker y tuvimos que preparar todo para la que nos esperaba el día siguiente.
1º Día Karamea – Heaphy Hut (16.2 Km)
Nos levantamos con la resaca de la despedida del día anterior, pero con muchas cosas por delante por hacer, que si terminar las mochilas, que si hacer los sandwiches, preparar la comida... Nos lo tomamos con calma y entre unas cosas y las otras nos dieron las 11.
Nada más bajarnos del coche en el parking del track, una nube de Sandflies vienen a nuestro encuentro. “Esto vá a ser más duro de lo que pensábamos” dice Julieta. Y es que aunque sabemos a la perfección que en West Coast está plagado de sandflies, no nos imaginábamos lo que luego sería la realidad.
Nos pusimos a caminar rápidamente, ya que mientras estás en movimiento, las sandflies te pican menos. Nos encontramos con el primero de los muchos puentes colgantes y nos adentramos en la selva de Nikau Palms, la única especie de palmeras nativa de nueva Zelanda, es un bosque de palmeras espectacular. A lo largo del primer día teníamos a un lado el Mar de Tasmania, que es un mar muy bravo ya que llegan las corrientes desde la Antártida, y al otro los montes del Parque Natural llenos de densa vegetación.
Atravesamos Koura Beach, que sólo se puede atravesar con marea baja e hicimos un alto en el camino en Katipo Creek Shelter, preténdíamos comer tranquilamente el sandwich y coger fuerzas, pero nuestras nuevas amigas las sandflies no querían dejarnos comer solos, ellas también querían comer... Pero a nosotros!! Así que sin descanso, comiendo el sandwich mientras caminábamos proseguimos el camino. Tras 16,2 Km y unas 6 horas de camino, llegamos al Heaphy Hut, que es donde íbamos a pasar la noche. El Hut está situado junto a la desembocadura del río Heaphy en la playa, formando una lengua de arena y aguas de colores. El paraje es espéctacular, y el hut está realmente bien, el mejor de los que hemos estado hasta ahora, ya que tiene hasta cocina de gas. Ahí fue donde nos dímos cuenta de que llevábamos peso de mas.
2º Día: Heaphy Hut- James Mackay Hut (20.5 Km)
Inicamos el camino a las 9.45 de la mañana y nos adentramos río arriba dejando la costa a nuestra espalda. Tras una hora andando entre palmeras, la vegatación empieza lentamente a cambiar, se mezclan las plantas tropicales con las montañosas, formando un abanico de colores y plantas espectacular. Las enredaderas trepan por los gigantes Podorcarpos de 30 metros de altura y, algunos, más de mil años de antiguedad, que nos dejan con la boca abierta. A media mañana cruzamos el puente colgante más largo de los que hemos pasado, de unos 100 m, que con esa longitud era bastante inestable, y si a eso le sumas con que el día estaba ventoso, en ocasiones creímos vernos en el suelo.
Los ríos que el track cruza son de color rojizo, debido a la tanina de las ojas de los árboles que al caer al agua, tiñen los ríos como si fuera un Té gigante. Aunque el agua sigue siendo igual de limpia, como nos cuenta una señora de Tasmania que nos acompañó parte del viaje.
Después de parar a comer el Lewis Hut, empieza la ascensión a los montes. A medida que vas subiendo, la vegetación va cambiando. Pasamos hasta por cuatro tipos de bosque diferentes. El primero, de Palmeras y Cabagge Tree como el día anterior, que va dando lugar al impresinante bosque de Podocarpos, que nos recordaba al de las películas de “Avatar” y “ el señor de los anillos”. Subiendo, llegamos al bosque de Hayas, helechos y Lancewood tree para terminar en la cumbre, donde estaba el Hut donde había Manuca, unos pequeños arbustos.
La subida se hace larga, hay momentos en los que crees que ya llegas, que vas a parar de subir, que la montaña te va a dar un descanso, pero no, subes y subes, y subes para luego seguir subiendo. Por suerte la pendiente no es muy pronunciada!!
Desde lo alto del Hut, puedes ver la lengua del río desembocando en el mar, donde dormimos la noche anterior.

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